Esta confecion de Ryan le estaba poniendo nerviosas, sin saber hacia donde mirar, sus miradas se encontraron por un segundo. Esa mirada era abrasadora sintio como le quemaba a piel por donde pasaba. Aquello no le serviría, no le serviría en absoluto, se dijo. Se puso tensa, mejor abordaba el tema que tenian en comun asi entre mas rapido solucionaran las cosas el se marcharia de su casa y asi ella trataria de estabilizar su emociones ya desechas. -Yo lo devolveré. ¿De quién es?- Amelia se movia por la cocina, coloco una taza humenta de lante de Ryan, mientras se llevaba su propia taza a los labios - No imagines cosas es mera cortecia.-Gracias -contestó Ryan mientras tomaba la taza y se dirigia hacia el sofá y sentándose-. ese es el problema no lleva tarjeta ni dirección. Nada. Creo que deberíamos abrirlo juntos y decidir qué hacer con él.Amelia se sentó en una silla en el extremo contrario a él. Nada la persuadiría para que se sentara junto a él en el sofá, ni aunque él se apart
Dos años despues:Amy contemplaba la vista desde la mesa de la cosita de la Cabaña, su familia habia salido a buscar provisiones de ultimo minuto. Aunque ella sabia que era una excusa para darle tiempo a solas con Ryan. El habia llegado hace unas horas, aun se sentia disgustado porque no habia podido viajar con ella en la fecha prevista, retasando su vuelo casi dos semanas, ya que tenia que estar presente en una gran negociacion y cierre de un gran trato comercial.Se hallaba a la mesa en la terraza, «Nunca lo sospechará», le había asegurado Mary cuando le preguntó si el vestido azul dejaba entrever su insipiente embarazo. Bebió un sorbo de agua y se preguntó si el cosquilleo en la boca del estómago se debía a los primeros movimientos cautelosos del bebé o a simples nervios.Por el cristal vio la alta figura de su esposo al dirigirse hacia ella, aun no podia creer que ya casi fueran dos años de matrimonio. Brevemente, cerró los ojos y cruzó los dedos. «¡Que sea una velada perfecta!».
Siete Años Despues: La casa estaba en silencio, la familia se habia ido a dormir despues de compartir y recordar viejos tiempos junto a la gran chimenea. Cuando Amelia y Ryan hubieron intercambiado los regalos con el resto de la familia y amigos, Lucy se quedó dormida en el regazo de Ryan mientras que le acariciaba su pelo. A la niña el encantaba que su padre le pasara la mano por el cabello y Ryan siempre le decia que tenia el mismo color que su madre algo por lo cual la pequeña estaba muy orgullosa. Al otro lado del salon Ryan contemplaba como Vincezo el hijo de Jeff y Rosa de dos años se quedaba dormido junto a sus abuelos.Amy espero en la cama a su hombre que habia ido a acostar a su pequeña princesa como cada noche hacia desde que llegoa este mundo haciendo que sus vidas estuvieran llenas de risas, sustos y travesuras. Su hija era una niña muy vivaz siempre idenado nuevas formas de meterse en problemas. Horas despues ambos estaban abrazados en la cama después de hacer el
Amelia DeLucas paso su mano por la ventanilla del taxi, llevaba más de diez horas de vuelo. No sabia que se le habia metido en la cabeza a su mejor amiga cuado decidio fugarse y casarse con su novio aquí en Las Vegas. Dios, Rosa solo había salido con Jefferson por menos de seis meses. Aun recordaba la llamada que le hizo para decirle que se casaba en unas horas y que esperaba que pudiera asistir y ser su dama de honor, el dolor de cabeza que había tenido desde ese momento comenzaba a tomar fuerza. Consulto la hora en su móvil, la medicación comenzaba a dejar de surtir efecto. Busco en su bolso de mano y tomo una tableta de comprimido y el pomo de agua. Le faltaba como veinte minutos para llegar a su destino tiempo suficiente para que el medicamento apaciguara el insipiente dolor que estaba comenzando a sentir. Ella solo podía rogar por llegar a tiempo y poder poner algo de sentido común en la cabeza de Rosa antes de que dijera el si quiero. Una boda así no era buena idea, si Rosa q
No tenía intención de discutir sobre Ryan. Ella y Rosa nunca se habían sentido atraídas por los mismos hombres. Y no estaba dispuesta a tener una discusión sobre cual de los dos hombres era más atractivo el futuro esposo de su amiga o el sexy padrino. Además tenía algo más importante de qué hablar. Se preguntaba cómo iba a lograr convencerla para que abandonara una idea tan precipitada. -¿Qué es esto? -preguntó sacando el ramillete. -Se supone que es para mí, pero déjalo, tenemos que hablar. Esto no está bien, y tú lo sabes. -Por supuesto que no, sólo mi abuela llevar las flores en la cintura. - mientras le lenzaba estas palabras con una mirada picara en los ojos A Rosa y le gustaba malinterpretarla a propósito, sabiendo que esto la sacaba a ella de sus casillas. -Rosa, cambies el tema sabes bien de lo que estoy hablando, la boda. Rosa continuó mirando las flores sin hacerle caso. Por fin alzó la vista y sonrió. -Ya lo tengo. Te lo sujetaré al pelo. Acércate al tocador
Amelia camino hacia el pequeño cuarto de baño que su amiga le habia indicado, para salir unos minutos mas tardes ajustandose los tirantes del vestido. Se quedo parada y miró a Rosa a los ojos. -Probablemente nos queremos más de lo que se quieren las hermanas se pueda querer, no deseo otra cosa más que tu felicidad. Pero también quiero a tu madre y eso tu lo sabes de sobra. Sé que piensas que ella haría lo que tú le pidieras, pero no tenía por qué recogerme cuando mi madre murió. No tenía por qué cuidarme y quererme, pero aun asi lo hizo porque es una bellísima persona y no puedo soportar pensar el daño que esto le va a causar. Por favor, no te cases hoy. Espera sólo un par de meses. ¿Qué pueden importarte un mes o dos más? -¿Por qué sigues intentando hacerme cambiar de opinión? Esto es lo que quiero. Es lo que quiere Jeff. Va a ser para siempre, pero quiero que ese siempre comience hoy. Por favor, Amy, deséame felicidad y sé mi madrina de boda como habíamos planeado desde niñas. T
Era comprensible, se dijo Ryan. Rosa estaba guapísima: alta, rubia. Hacían una buena pareja. Sin embargo, pensó, parecía cansada al lado de Amelia Justo en ese momento Amelia lo miró. Con el ceiío algo fruncido y el mentón desafiante, parecía que le echaba a él la culpa de algo. Se acercó a ella, mejor era firmar una treugua o tratar sus mejores amigos se casaban y ellos no debian de arruinarles su gran momento. -¿Qué? -preguntó -Eso era lo que iba a preguntar yo. -Estabas ahí contra la pared como si fueras un semáforo, pero no sé qué tratas de decir. -Sólo me preguntaba si todo estaba en orden. -Todo perfecto, no podría ser mejor. Estoy a punto de ver cómo mi mejor amiga se casa sin que estén sus padres presentes, que ni siquiera lo saben. No sabemos como reccionaran cuando se enteren, sali corriendo de mi casa, llame a una de mis colegas para que se hicieran cargo de mi trabajo y solicitaran un permiso para mi, tome un vuelo, luego tuve que esperar en la terminal por otro, ll
De pie junto a Rosa observó cómo la esposa del parroco se levantaba del órgano para dirigir la ceremonia entre cestos de flores. Parecía que lo iba a hacer todo ella sola pero al final junto al altar la estaba esperando un señor, con solo una mirada Amelia vio el amor que la pareja de ya avanzada edad se profesaba. Debía de haber estudiado en el mismo colegio para expertos eficientes que Ryan, ese ridículo pensamiento se instaló por un segundo en su mente, era evidente que eso resultaba imposible por la gran diferencia de edad. Si torcía la cabeza hacia la derecha lo vería, pero prefirió centrar su atención en la mujer del parroco y luego en el hombre que estaba por comenzar la ceremonia de su mejor amiga. Ryan tenía algo que la hacía sentirse incómoda. Ni en un millón de años reconocería que él podía llegar a llamar su atención tenía esa cualidad de ser mandón y ella tenía problemas con las personas así. Sobre todo cuando dejaba su mirada fija en ella con esos ojos negros. Parec