Entonces Jeff se acercó.
-Rosa, corazon, ya está todo listo, tenemos que irnos. Nuestra puerta de salida está en el extremo opuesto del pasillo - mirando el reloj de su muñeca para comprobar el tiempo continuo- y si nos demoramos un poco mas no podremos llegar a tiempo.
-No podemos irnos - Rosa agarro el brazo de su esposo y de manera algo coqueta y un poco malcriada como s de una niña pequeña se tratrara, señalo a Amelia con un dedo- Amy tiene mi anillo, dice que no se lo puede sacar.
Amelia apretó los dientes, Rosa estaba imposible. Le hubiera gustado hablar con ella a solas y poner las cosas en su sitio. No queria arriesgarse a que Hortencia Vicenzo estuviera cerca y los escuchara y de esta manera provocar un problema mayor. Estaba segura que la Bruja como solian llamara a sus espaldas no perderia la oportunidad para dejarlas en evidencia delante de las personas que conocian.
-Si no puede, no puede. Nos lo devolverá cuando volvamos de Costa Rica
-¿Pero y si se lo tiene que