❝♡ Leah ♡ ❞
Samuel seguía con sus tonterías a pesar de que yo intentaba hacer hasta lo imposible para que dejara de tontear y se concentrara en cambiarse, así podríamos irnos rápido de ese lugar. No quería estar allí más tiempo; odiaba ese sitio. Como la mayoría de las personas, nunca había tenido buenas experiencias en un hospital, y la única que podría llegar a tener sería el nacimiento del niño que ahora esperaba.
—No me parece justo que yo sea el único que estuvo desnudo, así que considero pertinente desnudarte al llegar a casa —dijo con su tono burlón habitual. Negué mientras lo sujetaba del brazo y lo ayudaba a subir a la silla de ruedas.
—¿No me crees? —añadió, ladeando una sonrisa provocadora—. Puedo desnudarte aquí mismo y demostrarte que hablo en serio.
—No necesito esa demostración, pero gracias —respondí, rodando los ojos con una media sonrisa mientras comenzaba a empujar la silla—. Ahora solo cállate y volvamos a la mansión. Tengo los pies hinchados y quiero dormir. Tú