capítulo 007

❝♡ Leah ♡ ❞

La mañana era bastante calurosa, a pesar de tener aire por toda la casa era más que notable con el fuerte sol que estaba fuera. Suspiré con pesadez y me puse en pie para así tomar una ducha y prepararme para otro torturador día en dónde debía fingir ser feliz delante de los nuevos invitados. En primer lugar, y como ya había tenido mi cita anteriormente con el médico por temas del embarazo solo vendría por ahora la maestra de yoga en embarazo. Había un cuarto que había sido reservado exclusivamente para dichas clases y luego de vestirme adecuadamente, con ropa cómoda entre y espere en total silencio mientras jugaba con mi móvil.

Durante lo que me quedaba del tercer mes de embarazo solo podía hacer ejercicios de respiración, ya que, según me habían explicado, era un tanto peligroso los estiramientos, por lo que suponía que solo haríamos ejercicios de relajación, por una hora al menos. Cuando llegó la maestra Samuel no se encontraba aquí, por lo que alguien más fue a llamarlo para qué se integrará, pero una de las empleadas informó que se había ido desde bien temprano a caminar por el viñedo y no sé habían podido comunicar con él, más, sin embargo, si algún empleado lo veía le informaría que debería venir de inmediato para participar con nosotros. Por lo que comenzamos nosotras solas, ella comenzó a explicarme cómo mantenerme relajada para evitar el estrés y disminuir los síntomas que me daba el embarazo, aunque, gracias al cielo eran muy pocos y no tan frecuentes por lo que podía disfrutar un poco más del embarazo que otras mujeres las cuales si pasaban por muchos síntomas que a veces no las dejaban ni respirar.

—Alguien debería ayudarla, pasaremos a los masajes, por lo que si, alguien puede acudir a usted, ya que su esposo no se encuentra…

Le miré en silencio mientras me explicaba y asentí inconscientemente, ¿no quería apoyarme en esta etapa de embarazo? Entonces tendría que ver cómo alguien que sabía que no le estaba cayendo del todo bien lo hacía por él. Llamé a Dante para que fuera mi soporte y este acepto sin dar mucho problema.

—Muy bien, siéntese detrás de ella por favor

Observé a la maestra la cual comenzó a darle instrucciones de cómo masajear mi espalda y mis brazos, haciendo que comenzará a relajarme mientras cierro mis ojos y suspiro bastante cómoda por la situación que estaba sintiendo en el momento.

—Ahora procederemos a los masajes en el área de los senos, debe posar sus manos encima de cada pecho y…

Ella fue interrumpida por una voz que muy bien y conocía.

—Creo que de eso sí que debería encargarme yo —levanté la mirada notando a Samuel entrar descalzo al lugar, con la ropa adecuada para el momento y una sonrisa de oreja a oreja —Perdón por la demora cariño, uno de los trabajadores tenía un problema en cuál me ocupe en solucionar.

Se acercó y me beso los labios haciendo que quedará sorprendida por su cambio de actitud, no entendía por qué carajos actuaba así, pero algo me decís que debía corresponder por así lo hice.

—Gracias por concederme el permiso Dante —habló en el momento que se posiciona detrás de mí y posaba sus manos sobre mis pechos, notando por primera vez en mucho tiempo nuestra argolla de matrimonio en su mano.

—¿Por qué actúas así? —le susurré muy bajo sin entender aquel actuar que tenía, pero este solo sonrió mientras miraba al frente y captaba las instrucciones de la maestra.

—Entre más rápido vean que nuestro matrimonio está progresando, podremos irnos igual de rápido de este viñedo, por eso lo hago, ahora, solo presta atención a la clase.

Me beso en la nuca haciendo que me estremeciera y continuó con los siguientes masajes hasta que la instructora acabó la hora diaria de clase que tendríamos por los meses que faltaban.

—Muy bien, como tarea diaria les dejaré caminatas de treinta minutos, a diario, la otra semana implementaré una nueva actividad, por ahora es todo, tengan una agradable tarde jóvenes, que la pasen de maravilla.

—Gracias

Sonreí tranquilamente mientras le observaba alejarse y cuando por fin salió de la habitación me aleje de Samuel con fastidio mirándole.

—Bien, acabo la actuación, puedes lárgate a lo que era que en realidad estabas haciendo —suspire poniéndome en pie lista para marcharme.

—¿Por qué tan molesta, primor? —dijo con burla mientras se ponía en pie igual y suspiraba —Lamento llegar tarde, cuando dije lo del empleado es en serio, estaba algo ocupado, y cuando me informaron que había llegado la maestra de yoga vine rápido, créeme que lo que menos quiero es molestar un poco más a mi padre de lo que ya está y que nos encierre aquí a vivir de por vida.

—Ni que eso fuera posible ¿Acaso no tienes libertad tú? —dije con fastidio acomodándome el cabello fastidiada.

—Sabes lo complicado que es —se excusó —mi padre no es de juegos y lo sabes, tiene todo el poder para mantenernos recluidos aquí hasta que muera.

—Y tú le tienes suficiente miedo a él como para cumplir la mayoría de sus caprichos, ahora, no quiero hablar, iré a explorar los viñedos y hacer la caminata de hoy.

—Tenemos que hacerlo juntos —me sujetó por la muñeca intentando que no saliera rápido de ahí.

—Para lo que te importa —suspiró fastidiada intentando alejarme de él.

—Lo hace, me importa, además, quiero seguir implementando los masajes en tus pechos, es relajante para mí tocarlos —sonrió con maldad, haciendo que levantara la mano para golpearlo, pero él fue más rápido y me sujeto deteniéndome.

—Si tanto te relaja no debiste cambiarlos por otros—hago cara de asco —o bueno, lo entiendo, uno hace cosas tontas por amor, después de todo me dejaste en claro que la amabas y por eso te querías divorciar de mí.

—No la amaba, amar es una palabra muy fuerte… podría decir que me daba buenos polvos, pero no la amaba, solo eran palabras para herirte —sonrió con tranquilidad ¿Acaso no entendía que prefería creer que me había cambiado por amor que por un polvo?

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