Cuando había indicado que no la dejaría ni a sol ni sombra, era cierto, habían llegado junto como era obvio, pero lo que no imagino
Fue el hecho de que este le impido haber puesto el número de su piso en el elevador, solo había un número
Uno que la hizo mostrar una mueca llena de inconformidad y observarlo de manera bastante frustrada, aquel hombre sin duda era muy complicado
Tanto así que ella lo observo de manera obstinada y hablo casi completamente molesta
—¿Qué se supone que haces?
—¿Qué más? Cumplo mi palabra, te lo dije, no de iras a otro lugar, te quedarás conmigo, punto…
Jade lo observo sin dar creído, estuvo a punto de solicitar el número, pero él solo se había atravesado en su camino, la observo con una sonrisa coqueta
Una que no le iba a funcionar, mientras ella lo fulminaba con su mirada
—Vamos a mi casa, nos tomamos esta botella de vino, y…
—Y nada, no iré a tu casa Axel, por la simple y llana razón que no me gusta el vino
—Tengo más licores en casa, a veces olvido que ti