Los usuarios se enfurecieron al verlo. Patriotas, defensores de la ciencia, y críticos de los “traidores” explotaron en las redes.
El video se hizo viral, circulando sin control. Cada vez más personas lo veían, alimentando su odio hacia Ovidio y Clara.
Algunos, llenos de ira, comenzaron a hostigarlo en redes. Otros fueron más allá, apareciendo en su vecindario con palos y amenazas, esperando su oportunidad de enfrentarlo.
Incluso los padres de los estudiantes que él enseñaba vieron el video. En poco tiempo, comenzaron a boicotear sus clases, exigiendo que un hombre como él no fuera responsable de la educación de sus hijos.
Ovidio se quedó sin trabajo.
Ya no podía salir a la calle sin miedo. La luz le aterraba, y cualquier rastro de humanidad lo hacía sentir expuesto.
Se había convertido en un prisionero de su propia culpa, encerrado en la oscuridad de su propia creación.
Tiempo después, Esperanza llamó a Ovidio. Le informó que el decano había convocado una reunión para reactivar otro p