25. Quiero conocer a la mujer que va a darte un hijo
— Ya escuchaste al doctor, Kat — le dijo, en ningún momento ninguno de los dos se había separado de la puerta de la habitación —. Cassie va a estar bien, solo necesita estar un par de horas en observación.
Kathia se limpió las lágrimas derramadas con el dorso de la mano y asintió. Su corazón estaba desconsolado por su hija. Quebrado en dos.
— Lo sé, es solo que ya quiero llevarla a casa conmigo — dijo en voz baja.
Cassio la miró consternado.
— Pronto lo harás — le aseguró y colocó deliberadamente una mano sobre la suya, sonriendo con esperanza, y mirándola como si esa mujer fuese única en su especie.
Ella alzó la vista.
— ¿Por qué me miras así? — le preguntó ella.
— Kat, no sé si fue la impresión, pero… admitiste por primera vez que Cassie era nuestra hija.
El corazón de Kathia latió.
— Cassio… — dijo largamente — ¿De verdad quieres estar cerca de ella como un padre?
Él sonrió y acunó su mejilla.
— No hay otra cosa que desee más en este punto de mi vida — le confesó abiertamente.
Kath