Cap. 19 Errores que cuestan caro
Dallas tocó a la puerta, había ensayado su lado firme para tratar con su hermano; sin embargo, una bella señora le abrió la puerta sacándola de onda.

—Disculpe, me equivoqué de habitación, pensé que era la de mi hermano.

—¿Apolo es tu hermano?

—Sí.

Ella le dio pase y Dallas entró y vio a su padre frente a ella y cayó como un fardo en el suelo. Roy la ayudó a levantar y la colocó en un mueble cerca.

—Dallas, cariño.

Apolo fue a ella y la tocó.

—Hermanita, por favor, hermanita.

Gastón se acercó al sujeto que era muy fornido y le preguntó.

—¿Qué hace usted con mi hija?

Roy se quedó mudo, no entendía nada.

**

Eva esquivaba a su madre, se sentía en un quilombo lleno de personas y nada gratas.

—¿Podemos hablar?

—Ya hablaste muy alto con tus acciones.

—No te pido que lo entiendas, solo pasó. Conocí a Gastón cuando vivía un momento oscuro de mi vida.

Dios, no deseaba escuchar cómo se ennovió con el rico y dejó a su pobre padre solo.

—Quieres callarte, hiciste suficiente, Evelin.

—No todo es co
La Pluma

¡Qué! Esto se pone mejor y mejor, ¿o será peor? Veremos.

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