Laura dio un paso torpe y luego miró a Noa.
Noa a su vez le lanzó una mirada. Sus ojos estaban ligeramente enrojecidos y parecían un poco hinchados. Debía haber llorado después de lo sucedido, ya que su expresión estaba cansada y sin brillo.
Después de ser empujada por Daniela, Laura se acercó. Su voz sonaba ronca.
—Noa, quiero hablar contigo a solas, ¿está bien?
—Entonces ustedes dos pueden charlar. ¿Deberíamos irnos al lado? —dijo Daniela.
Noa tampoco tenía ganas de impedírselo, así que Daniela intentó llevar a Sofía a un lado. Sin embargo, Sofía evitó su contacto y corrió directamente hacia Noa.
—Noa y yo somos buenas amigas. No hay nada que no pueda escuchar, ¿verdad? Usted pueden irse sola —le dijo a Daniela.
—Pero Laura dijo que quería hablar con la señorita García a solas.
—Sí, ella quiere hablar con Noa a solas, pero eso no significa que Noa vaya a hablar con ella a solas.
Daniela no sabía qué decir ante la explicación de Sofía.
Aunque era lenta en algunos aspectos, tenía muc