Sofía no sabía como responder:
—¿Qué entrada?
—Mi... entrada para el concierto de Álvaro Fernández.
—¿Qué?
Los ojos de Sofía se abrieron ampliamente y se levantó con entusiasmo:
—¿Tienes la entrada para el concierto de mi ídolo? ¿Cómo la tienes? Dios mío, ¿la has conseguido? Eres genial, ¿verdad Noa?
Debido a excitación, su voz era tan alta que inmediatamente llamó la atención de todos. A Noa le dolía la cabeza:
—Cálmate, por favor.
—¡Vale!
Sofía se dejó caer de nuevo sobre la mesa con un movimiento y expresión acechantes:
—¿De verdad tienes entradas para el concierto de mi ídolo? ¿No me mentiste?
—Es verdad y te las pasaré cuando terminemos de filmar. Yo tengo dos, vayamos juntas entonces.
—Híjole, ¿estoy conociendo a mi alma gemela acá, Noa? ¿Te gusta Álvaro también?
Bueno, de hecho, Álvaro es su hermano ...
Sin embargo, en cuanto a si le gusta, debería gustarle, ¿verdad?
—Bueno, sí me gusta.
El tipo de gusto como pariente.
—¡Qué bien, si te gusta Álvaro, somos hermanas!
Sofía est