Salgo del coche y marcó su número.
- Hasta que te dignas en llamar. ¿Cómo va todo?
- Tendrías que verlo con tus propios ojos, están todos dormidos como niños. - Me sonrío. - Pero no te preocupes que no la llevaré a su casa y mucho menos la dejaré libre, por el momento, claro. Cuidate y que no te de un infarto cuando veas el lugar. Hasta luego... PA-PÁ.
Termino la llamada y sigo en marcha.
- ¿Por qué lo haces?
- ¿No querías salir de ahí?