Hanna
Las miradas iban y venían entre los dos, las palabras sobraban en este momento, comimos mientras las bajas temperaturas se hacían presentes, el mantenía su espacio, parecía que estuviera enojado y realmente me siento frustrada por eso. Porque sencillamente parece que él es un idiota que solo busca algo y ya, al conseguirlo todo vuelve a la normalidad, a su normalidad.
—Pronto amanecerá, debería ir a dormir un poco, quiero salir con Roy y con Lu.
—¿Dormirás sola? porque en mi cama hay un espacio pequeño en el que podrías caber a la perfección —hace un gesto con su mano, como si me estuviera midiendo—. Entonces pues, mantengo abierta la invitación y por si acaso también la puerta. —Se pone de pie y levanta los platos.
—Pablo tu falsa caballerosidad nadie te la cree.
—No me importa, porque quiero al menos por hoy darte tu espacio, así lo piensas en esas pocas horas que quedan.
—¿Es enserio Pablo?
—Sí, es real. Mañana en la noche espero tu respuesta, te estaré esperando en algú