34. Calma antes del "juicio"
Las semanas previas a la audiencia habían sido un torbellino de emociones. Las reuniones con David, los documentos, las declaraciones y las noches en vela empezaban a desgastarnos. Pero a pesar de todo, Chasse y yo habíamos encontrado un extraño refugio en nuestra relación. Aunque la tormenta arreciaba, había algo reconfortante en saber que estábamos juntos en esto, enfrentándolo codo a codo.
Esa mañana me desperté con la sensación de que algo estaba a punto de cambiar. Era el último día antes del juicio, y la tensión en el aire era palpable. Chasse dormía profundamente, su respiración tranquila contrastando con la tormenta que debía de estar en su mente. Me giré para verlo profundamente dormido a mi lado. Su expresión era serena, pero la tensión en sus hombros no había desaparecido ni siquiera en su sueño. Lo observé por un momento, preguntándome cómo alguien podía ser tan fuerte y a la vez tan vulnerable, recordando cuántas veces había dudado de nosotros. Y, sin embargo, ahí estábam