Narra Miley
Lentamente me despierto, desorientada y con un malestar en el estómago. Sin saber dónde me encuentro, miro a mi alrededor buscando algo o alguien conocido y por decepcionante que parezca, lo único conocido es que nuevamente estoy en una clínica. Preocupada, alejo la sábana para saber si mis pies se encuentran bien y sonrió satisfecha al ver que nada malo les ha pasado. Lo que menos deseo es estar otra vez con tornillos o algo peor.Lentamente, reparo mi cuerpo y no veo algo extraño además de la intravenosa, por lo que, recordándome lo último que hice antes de perder el conocimiento, encuentro la causa de mi estadía en el hospital. — Deshidratación. Seguramente es eso. — murmuro. Sin algún tipo de interés en quedarme, abro la llave del suero para que entre más rápido en mis venas, con la intención de