Días después
Trabajar era algo imposible para ambos. Ahora, nuevamente estaban juntos por una calamidad que los tenía angustiados. Hunter, apenas podía afrontar el asesinato de sus padres, la caída de las acciones de la empresa para ahora tener un nuevo problema. Era demasiado para procesar y lo peor es que no había manera de minimizar dicha carga. Ya que, nada calmaba a Miley, la oscuridad la estaba consumiendo y ni siquiera podía llorar sin que ello lastimara su rostro herido.— Miley, estamos aquí — dice Harding — ¿Quiénes? — pregunta Miley con dolor por no poder usar la vista para saber de quien se trata.— Mis padres. — dice Harding y Miley suspira profundo.— No quiero que me visiten. Pueden irse y tú con ellos. — ordena Miley. — Miley — dice la señora Lennox.— No quiero.