Las personas se marchaban y lo peor es que ello los dejaban solos. Las tres personas enredadas en una larga cuerda irrompible como son los sentimientos, caminan hacia el interior de la mansión de los O’Sullivan donde se sirven la primera copa de la noche.
— Lamento mucho que esto haya pasado. — dice Harding mirando a Hunter. — Gracias. Aunque no esperaba esta visita, me alegra saber que no eres tan inhumano como antes — responde Hunter. — Hunter… — lo regaño.— Déjalo, es verdad. Hice muchas cosas que me dieron ese nombre. Fui muy cruel contigo al punto de no considerarme humano y lo entiendo. Ahora no puedo hacer más que aceptar ese nombre mientras trabajo en recuperar el mío — dice Harding calmado y Miley se sorprende al ver la calma en ambos.Sin embargo, algo le parecía incorrecto y era la rapidez con que tomaban el licor. Uno que era