Narra Ainoa
Mis pies dolían demasiado, ya quería que todos se fueran. La tarde cayó y la noche ya estaba cono nosotros. Los familiares más cercanos eran los que faltaban por marcharse, los amigos y socios de Robert se marcharon al final de su discurso.
A las 10:00pm. La última que faltaba por irse, era la madre de Robert. Ella muy amable se encarga de que todo quedara ordenado, estuvo al pie de los del grupo de logística; fue lo mejor porque yo no tenía alientos para nada.
—Fue un momento especial, estar con la familia me hizo tener fuerzas, bienvenida a mi familia; mi nueva hija Ainoa —dice la mujer dándonos un abrazo.
—Gracias madre, por todo. Por favor, te encargas de escoger las fotos —menciona Robert.
—Claro, le ayudaré a tu esposa en eso.
La mujer se va y por fin estamos solos, me quito los tacones y me tiro en el sillón levantando mis piernas.
—Doy dos pasos más y me desborono.
Cierro los ojos y ya siento como el vestido me fastidia, hasta siento que me pica el c***
—Voy a dorm