Tras la reciente victoria las tropas se acomodaban en el reino. Gracias a la astucia de su monarca habían logrado sobrevivir la mayoría así como capturar el reino. El resultado era favorable aunque Agusto aún lloraba las pérdidas.
—Se que el ejército de sus familiares era menor.—Le dijo Mirlo mientras comían en el salón de ese reino.—Pero me parece que no tuvieron todas las fuerzas disponibles.
—Estás en lo cierto. Las fuerzas de mi tío se fueron junto a él.—La respuesta vino en un modo serio.
—Cierto, de sus dos familiares restantes aún faltaba su tío.—Jacinto estaba ahí dando su oportuna participación.
La reunión avanzó con todos muy cansados pero con la moral en alto por aquella victoria. Los soldados capturados fueron llevados al calabozo donde serían retenidos hasta saber qué hacer con ellos. Algo justo que siempre hacía Agusto.
—¿Y haremos algo en contra de su tío que escapó?—Continuaron la conversación.
—Él fue más astuto al irse de aquí.—Seguía con su mirada fija.—Aunque se ll