Capítulo 68: El orgullo habla más fuerte
Aurora regresó a la universidad como si el mundo estuviera sobre sus hombros, tan agotada que su estómago rugía. Entonces recordó la mansión de Andrews.
—¿Por qué recuerdo ese lugar justo cuando tengo hambre, si pasé por tantas cosas malas allí? —resopló para sí misma.
Se dirigió a su cuarto y, sentada en la cama, abrazó las rodillas. El alivio la invadió al saber que Andrews estaba bien, pero eso no borraba la frustración de tener que dejar el lugar que más le gustaba.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Alice entró animada, casi dando saltos, difícil de entender.
—¿Qué pasó de tan bueno? —preguntó Aurora, desanimada.
—Listo. No tendrás que salir de la universidad —anunció Alice, dando saltitos.
Aurora frunció el ceño.
—¿Qué?
Alice se sentó a su lado, sosteniendo sus manos.
—Pagué las cuotas atrasadas con mis ahorros. Ahora solo tienes que preocuparte por las próximas.
El corazón de Aurora se apretó.
—Alice… —su voz tembló—. ¡No