—De verdad, no creo que no lo sepa, por favor, me urge encontrarla —expresó con un tono de preocupación, casi suplicante.
El guardia negó con la cabeza.
—Me temo que no. Esa información no la manejamos nosotros —dijo esta vez sintiendo compasión por el hombre.
Karl sintió un nudo en el estómago. Se