Entretanto Mike, guiado por el ruido, dirigió su mirada a la puerta, a diferencia de Sandro, no veía nada, solo trataba de captar los sonidos, de pronto sintió que lo abrazaron
—¡Cálmate Mike! Todo está bien, lo siento… yo solo quería saber si tú estabas claro que era yo tú... —no la dejó hablar, to