Se le acercó al oído y le susurró.
—Si quieres, puedes practicar la felación —al escucharlo hablando, pegó un brinco, porque no lo esperaba, entretanto Sandro se carcajeaba con su reacción.
Ella se giró rápidamente y lo miró con reproche.
—¿Pero de dónde salió eso? Te juro que no sé cómo eso aparec