Al día siguiente.
Mia estaba puntual en la empresa del señor Font. Un minuto después encontró a Arturo Santalla.
Ella rodó los ojos al verlo.
—Mia…
Ella lo ignoró.
—Señores, pueden pasar.
Ambos entraron a la sala de juntas.
El señor Font ya los esperaba.
Tomaron asiento.
—Como les dije ayer, busco un socio, pensaba en dar la oportunidad a ambos, pero ahora comprendo que es muy difícil hacerlo. Si fueran un matrimonio, no lo pensaría, pero estando separados, es complicado prever si mis socios tengan problemas entre sì. Para demostrar quién será el mejor socio, les dejaré una tarea, estoy ayudando a la mejora de un orfanato en una de las zonas màs pobres de Barza, es el orfanato de Santa Cruz, quiero que mis socios sean tan generosos como yo, por ese motivo, quiero que ustedes sean quienes ayuden a este orfanato, y logren recaudar el dinero para la mejora del orfanato. Irán con la madre superiora Imelda; si logran ayudarla como lo haría yo, sabré que serán un buen socio.
Mia le dio la m