Aunque ese día habían ocurrido cosas espantosas, Ava no se las tomó muy seriamente.
Ella se acostó en la cama después de tomar una ducha. Vio los mensajes de Raegan y Neil. Ambos querían saber sobre su situación, pero no se atrevieron a molestarla.
De alguna manera, su cautela conmovió el corazón de Ava.
Ava contempló las palabras de preocupación y apoyo en la pantalla. Empezó a distraerse. De repente, el tono familiar de la llamada la devolvió a la realidad.
Ella miró el identificador de llamadas con incredulidad y contestó sin dudar.
"¿Danny?", preguntó Ava con incertidumbre.
Fue entonces que llegó la cálida respuesta de Daniel: "Soy yo".
Después de escuchar esta respuesta tranquilizadora, Ava sintió que todos sus problemas desaparecieron en un instante.
"Danny, ¿por qué me estás llamando?".
"Vi las noticias en internet y me da mucha pena". El tono de Daniel estaba lleno de culpa. "Si no fuera por mí, quizás no habrían surgido esos conflictos. ¿Estás bien?".
Ava mantuvo la