Daniel vio a Ava metida en sus pensamientos y de pronto le agarró la mano.
“En realidad, no sé nada sobre ella. Solo quiero saber más sobre ti”. Daniel miró a los ojos de Ava con solemnidad.
Ava se quedó perpleja por un rato y enseguida sintió la preocupación y el cariño de Daniel por ella.
Después de la cena, Daniel paseó con Ava durante un rato antes de enviarla de vuelta a su apartamento.
Cuando estaban a punto de separarse, Daniel agarró el pomo de la puerta. Su mirada estaba llena de inocencia y decepción.
“No vuelvas a ignorar mis llamadas. No importa lo difícil que vaya a ser, confía en que no voy a renunciar a ti”.
Prometió y de repente plantó un beso en la frente de Ava.
“Ava, no te tomes a pecho lo que digan los demás y no dejes que afecten nuestra relación, ¿está bien?”.
Ava sabía que había entristecido a Daniel al ignorar sus llamadas antes de esto, así que asintió rápidamente.
“No te preocupes, Maddie ha hablado conmigo hoy y sé que yo soy la culpable. La próxima