—¿Y ahora qué haremos? —les preguntó Marcos mientras caminaban para salir del instituto, eran casi las cuatro de la tarde.
—No lo sé, tengo tareas.
—Yo también —respondió Raúl, siguiendo a Melisa.
—¿Y tú, Francis? —preguntó Marcos a la chica.
—También, pero no sé si quieren hacer algo antes de irnos a casa —les preguntó mirándolos a todos. Los chicos se miraron entre sí y luego miraron a Francis.
—Por mí, no hay problema —dijo Raúl—. De todos modos, más no creo que suceda.
—Pues, opino lo mismo —dijo Marcos—. Solo quedas tú, Melisa.
—¿Y a dónde iremos? —preguntó Melisa mientras seguían caminando.
—Pues… ¿Podemos ir al muelle? Hace un tiempo que no vo