Es viernes, la semana se me fue como un suspiro y la verdad que las cosas pintan ser mejor que nunca, mi relación con mamá ha mejorado tanto, hace tres días me ayudó a escoger el color para las paredes y cortinas de mi nuevo departamento, las cenas se han vuelto más animadas y a decir verdad una parte de mí lamenta el marcharme cuando las cosas están mejor que nunca, pero es un paso que estoy decidida a dar, una de mis metas que gracias a la ayuda de mi padre voy a cumplir y espero dentro de no mucho poder cumplir la otra de ir a la universidad. Con respecto a Alessandro, lo he notado un poco más serio de lo normal, quizás porque nuestra interacción es del tipo maestra - estudiante la mayor parte del tiempo.

— ¿Qué te parece si mañana vamos por un helado? - su voz es como un ardiente caricia en mi mejilla, me alejo, ya que él se acercó demasiado, estamos sentados en el taburete frente al piano.

— No sé, lo voy a pensar.

— Tuviste casi una semana para pensarlo.- levanto ambas cejas si