Y conteniendo la rabia por ser contradicho, salió de la habitación, dejándonos a Julian y a mí solas.

"Stela, ¿este es tu nombre?" - me pregunta Julian.

Asiento con la cabeza afirmativamente, ya que es evidente que no quiero hablar, pero ella continúa:

"Me doy cuenta de que no eres muy habladora", dice mientras me observa, claramente evaluándome.

Me siento como una prenda colgada en una percha, lista para ser vendida, aunque mi modelo no le guste en absoluto.

"Te equivocas... me gusta conversar... pero como notaste, ya me estoy yendo".

"Curioso, te he visto con cierta frecuencia en compañía de mi Lucas".

¡Maldición! Ahora esto. Ser interrogada por ella. "Mi Lucas"... ¡Urggg! Mantengo mi incomodidad bien guardada y respondo:

"¡Posiblemente sea porque trabajamos juntos! ¡En la misma empresa! ¿No crees?"

"Ah, cierto, compañeros de trabajo", fijando sus ojos en mí, continúa:

"Sin embargo, noto lo cómoda que estás... para ser una empleada de Industrias Rym, ¿verdad?"

Antes de que pudiera