Toco la puerta y espero unos minutos a que me abra.
—Hola Emily… —saludo cuando me abre la puerta.
—¿Qué quieres? —me dice cruzándose de brazos—. La niña está en tareas dirigidas.
De lunes a viernes por la mañana Amanda va a la escuela y por la tarde va a tareas dirigidas, lo sabía, solo que anoche no pude dormir con la entrevista de Kath y Aaron, así que decidí venir hoy a ver a Emily, pero tenía que hablar a solas con ella, sin que Amanda este, no quería que escuchara la discusión.
—Lo sé, pero la verdad es que vine a hablar contigo, si es que me lo permites, ¿Puedo pasar?
Ella suspira y se hace a un lado, ¿Cómo estaba pidiendo permiso para pasar en mi propia casa? Bueno, tampoco soy tan malo y dejar a mi hija en la calle.
—Gracias —digo al entrar.
Ella cierra la puerta y se va a la cocina, la veo tomarse su pastilla y eso me alegra, de que ella ya se esté recuperando, parece que mi ausencia le hace bien, la hizo más fuerte.
—Te ves bien —le halago.
—Gracias, tuve que tomar