Sasha entrecierra los ojos, su ira ahora mezclada con incredulidad.
— ¿Vengarte por él ser hijo de sus padres? — Ella cuestiona, su voz cargada de desprecio. — ¿Qué mierda tienes en la cabeza, enfermo? ¡Nadie elige a los padres que tiene! ¡No importa lo que sus padres te hayan hecho, ya fueron asesinados! ¡Esta venganza no tiene ningún sentido!
Lukan deja de caminar, volviéndose hacia ella con una sonrisa que no llega a sus ojos. Hay algo frío y calculador en su expresión, algo que hace que el estómago de Sasha se revuelva.
— Ah, Sasha... siempre tan buena con las palabras. — Inclina ligeramente la cabeza, como si la estuviera evaluando. — Tal vez por eso lograste que la manada comenzara a respetarte, incluso cuando todos pensaban que solo eras una esclava humana. Admirable, de verdad.
Da unos pasos más, acercándose a ella.
— Pero eso no aplica para mí — su voz ahora es más baja, casi un susurro. — He invertido demasiados años en esto como para dejar que una cualquiera como tú lo arru