Capítulo 67.
Oleika siente que su piel se eriza, en el mismo instante en el que comienza a tener el roce de las manos de su Alfa Líder.
Siempre se había sentido atraída por él, siempre había necesitado sentirse aprobada por él pero en este momento, en este momento de su vida, su existencia se justificaba para sentir el toque de sus manos.
Su corazón latía desesperado y su coño palpitaba ante la necesidad de ser penetrada.
— Espera — dijo Malcolm al comenzar a sentir los labios de Oleika recorrer su cuello, su mandíbula, sus labios.
— No quiero, te deseo justo ahora, en este momento— suplicaba Oleika con una voz tan sensual que incluso Malcolm consentía esa necesidad de ignorar lo que sabía.
“No… no voy a caer ante la tentación, no después de tanto tiempo de resistirme y mantenerla a salvo” pensaba el Alfa Líder manteniendo su autocontrol a raya.
De sus manos comenzaron a salir las garras de su lobo, estaba perdiendo el control definitivamente.
En ese momento sintió los deliciosos y jugosos labios