Capítulo 46.
El corazón de Oleika estaba trotando como caballo desbocado.
Necesitaba continuar, necesitaba seguir recibiendo ese maravilloso placer, tanto o incluso más que respirar.
— ¿Qué … Qué pasó? — Preguntó ella confundida y agitada.
Aunque nada la preparó para ver cómo ese enorme y musculoso hombre salvaje salía completamente desnudo de la bañera, dejando que el agua corriera por cada uno de sus músculos, y su miembro erecto firme era otro ente que no podía perderse entre la inmensidad que lo rodeaba.
Ese pedazo era… era…
Oleika tragó saliva, era maravilloso.
— ¿Me equivoque en algo?— Preguntó ella con los ojos brillosos ante la excitación que palpitaba desde el fondo de su… corazón.
Malcolm se giró para tomarla entre sus brazos.
Y así, ambos desnudos llegaron a la cama donde Oleika fue extendida, dejando que su cabello del tono del fuego enmarcara la belleza de su desnudes.
La mirada de Malcolm era fuerte y llena de deseo.
Todas las terminaciones nerviosas de Oleika comenzaron a quemar