Capítulo 194.
Mientras tanto Luisa, se levanta deseosa por participar y ayudar en la protección de esos seres que la habían estado cuidando de forma constante.
Se levantó a pesar de que todo su cuerpo dolía de forma desconcertante y lanzó un pequeño hechizo para cubrir los ojos de uno de los desertores, su debilidad no era excusa para no luchar, desconcertándolo pero también incapacitándolo para cualquier ataque que quisiera realizar.
“Tengo que poder, es mi deber” Pensaba ella entre jadeos impacientes.
Al mismo tiempo que Oleika comenzaba a crear una pequeña bola de fuego azul, su ataque característico en contra de cualquiera que no quisiera dañar demasiado.
La misma electricidad que la había recorrido cuando se encontraba en la mente de Luisa seguía sintiéndose constante en su cuerpo provocando unos dolores inquietantes y casi incapacitantes.
El tercer desertor, uno de color completamente oscuro con los ojos rojos como el fuego, comenzó a acercarse a ella paso a paso, manteniendo su atención en