Capítulo 138.
Cada intromisión, cada pequeño pellizco o mordida era como una pequeña corriente eléctrica que catapultaba el deseo de ella.
Hasta que lo miro, el reflejo del espejo le mostraba al enorme, fuerte y orgulloso alfa, desnudo y arrodillado frente a ella.
Amamantándose de ella, deseando darle tanto placer como fuera posible, porque el también sentía que recibía ese deseo cumplido.
En ese momento, ella perdió el control, se sentía poderosa, deseada y sobre todo imparable.
Sin pensarlo siquiera comenzó a mover las caderas de forma instintiva, como si estuviera en medio de una danza ancestral.
Malcolm siente el movimiento y se concentra en verla desde abajo.
“Ella es un regalo de la diosa, nada podría ser más perfecto que ella” Pensaba el alfa al ver que ella se movía de forma encantadora.
Las manos de Oleika comenzaron a rosar cada una de sus curvas, haciendo sentir mas hambriento a Malcolm aunque en ese momento solo observaba con el corazón latiendo en sus sentidos y su lobo aullaba exigien