Con intención de no darle más importancia a ese asunto Mónica intentó no pensar, por lo que pidió a Agustin que vaya a casa, que se sentía cansada y quería dormir.
— Descansa, volveré mañana. Con estas palabras Agustin se despidió saliendo de la habitación con un extraño sentimiento. ¿Acaso Mónica no quería verlo más?, pensó de la nada.
***
Por más que intentó dormir, Mónica no logro conciliar el sueño, hasta que en su teléfono recién cargado ingresó una llamada de un número desconocido.
— Hola?, contesto dubitativamente Mónica.
— Hola Soy Yo, Leonardo. ¿Cómo está la sobreviviente?, pregunto con un tono de alegría.
— Ésta sobreviviente no puede dormir gracias a la llamada de alguien, se quejó Mónica en tono de burla.
— Jajaja, perdón perdón. La próxima llamaré en la madrugada cuando estés despierta.
— Jajaja, tú crees?, yo creo que a esa hora estaría soñando felizmente.
— Vale, vale mejor iré a visitarte pronto.
— Eso estaría mejor.
— Hablando en serio, dime cómo estás.
— Bu