Alguna vez se sintieron tan frustrados que llorar no era suficiente? Pues eso me ocurría, nada consolaba mi desánimo.
Mi vientre se contraía y dolía bastante, Eric intentaba darme tranquilidad pero no lo lograba.
— Bebé, en verdad estoy haciendo lo posible. — Me decía con un tono suplicante.
— Siento que voy a morir! Por qué me hacen esto!? — El dolor en mi vientre era insoportable y mis ganas de saciar esa necesidad era igual.
Me acurrucaba en la cama mientras me rodeaban deseando que me calmara.
— Papá, no quieres algo más? ¿Qué te parece un pastel de durazno?
— No lo quiero!
— Señor, podemos llevarlo de paseo... — Se oye a Boris intentando aportar ayuda.
— Cómo crees que podré salir! Ya ni siquiera tengo fuerza para caminar 100 metros!
— Lo siento...
— Ahhh por qué no tenemos en este país esa bendita fruta!
— Bebé, el envío es muy lento por la distancia, y debe de pasar por cada protocolo.
— Eric! Ya esperé mucho!
Es tan difícil de entenderme? Ni siquiera se imaginan la ansiedad qu