Me gusta leer, en especial novelas románticas y de finales maravillosos. También me gusta caminar en la playa, sentir la arena entre mis dedos es maravilloso. Cerré los ojos y suspiré. Soy muy romántica, aunque a veces me hago la que las cosas románticas no le interesan para nada.
-¿Te gusta el romanticismo? -dejó de hacer lo que hacía y estábamos los dos cara a cara, hablándonos mutuamente.
-¿A ti no? -le pregunté y él desvió la mirada con una sutil sonrisa de lado.
-No soy romántico, y no creo en el amor -dijo él sin verme a los ojos.
-¿Por qué, te lastimaron? -no debo preguntar cosas privadas, pero soy muy entrometida.
-¿Alguna vez has tenido algún sueño que se pueda hacer realidad? -me preguntó él. Si supiera que él es mi sueño.
-¿A qué viene esa pregunta, William? -no quería ser tan franca y decirle que sí, que sueño contigo y las mil formas en las que lo hacemos.
-Hace poco soñé que te conocí, y hoy estás aquí sentada en mi escritorio -¿Will sueña conmigo?
-¿Qué soñaste,