56 La moto de agua

Ignacio

Camila se mantiene en silencio y abrazándome a estado rechazándome porque seguro le gusta bastante el maldito de German Palacios, desde que llegué de París estaba como un ciego y no quería ver la realidad, me separo y la miro fijamente la conozco también que juraría que ella está pensando en él maldito pandillero ese, y yo no me dejo robar lo que es mío y si no le e reclamado lo de German es porque no la traje para eso…

Tocan la puerta de mi dormitorio —Ya vuelvo mi pecosa —cuando abro es uno de los empleados del yate —Joven ya está listo la moto…

—Gracias —antes de traer a mi pecosa a la habitación mandé preparar la moto de agua para irme a pasear por el mar con ella…

Después de a hablar con el hombre cierro la puerta y me devuelvo, pero primero voy a la habitación, en un mueble que esta cerca de la gran ventana hay un pequeño bolso, lo abro y saco un frasco de protector solar a Camila a veces se le olvida usar el protector y me imagino que como no sabía que veníamos a Mi
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