Él también me miro unos segundos y respondió:
—No primero vamos a dar un recorrido por el yate y después hablamos de eso —extendió su mano, pero antes me comí otro sushi y me termine de tomar mi segunda copa de champaña, después limpie mi boca con una servilleta… tome su mano y entramos a la sala del primer piso, donde hay varios sofá blanco caminamos un poco más y también hay un bar.
La claridad entra por las grandes ventanas, seguimos caminando y subimos al segundo piso ahí está otra piscina y unas asoleadoras dónde uno se puede acostar a tomar el sol.
Salimos de ahí y vamos por un pasillo donde hay varias puertas de unas finas maderas, el piso está cubierto por alfombra y subimos unos cuatro escalones. Él se acerca a una puerta de metal escribe un código y está se abre, apenas ponemos un pie adentro las luces se encienden, frente a nosotros hay otra sala con un sofá, un pequeño bar y una nevera ejecutiva, seguimos caminando y la puerta de metal se cerró sola.
Él caminó hacia u