Alex, se encontraba compartiendo con sus hijos, cuando suena el timbre. De forma espontánea, se levanta para abrir la puerta, es allí donde puede notar a un hombre alto de buena apariencia preguntando por Ross.
— Buenas noches, con la señora Wolff —dijo el hombre en la puerta.
— Señora Pons, no se equivoque, ella todavía está casada conmigo, ¿qué desea? —expresó Alex con una mirada sombría y un tono áspero.
— Señor, el auto de la señora Ross, quedó accidentado en la empresa y lo dejó revisando. La condición fue que se lo trajera cuando estuviera listo y aquí me tiene, ya el carro se encuentra funcional y puede ser usado el día de mañana —explicó el hombre sin inmutarse por la actitud de Alex.
Para ese entonces, Ross, se asoma para saber quién estaba tocando el timbre, a no lograr ver nada, pregunta de forma apresurada.
— Alex, ¿quién vino a esta hora? —grito desde la parte superior de la casa, se estaba terminando de arreglar.
— Es un sujeto que desconozco, te trae las llaves del