Sally culminó de bajar del último escalón para salir de la cabaña y seguir aquel aroma a pescado a la parrilla, desde su lejanía observó como Brent, vestido con un short playero y un delantal, se encontraba cocinando mientras bailaba y hacía gestos como un roquero, su fascinación por el rock heavy metal lo estaba demostrando allí.
Ella se recostó de un árbol a contemplarlo, sonrió de verlo actuar emocionado, Brent pareció estar disfrutando mucho de este viaje con ella y de ser él mismo quien tomara iniciativas en esta oportunidad. Desde que llegaron él no ha dejado de atenderla y consentirla, la intensión de su viaje era demostrarle a ella que si podía ser el indicado.
—¡Oye! —le gritó Sally. Brent volteó a verla y bajó el volumen para escucharla mejor.
—¡Hola, dormilona!, me tenías al borde de la preocupación, entraba a cada instante a ver si continuabas respirando. —se rio con fuerza ella.
—Bebí mucho anoche, aparte de eso nos acostamos tarde y… bueno, el cansancio de la semana