Dominick Carbajal se caracterizaba por ser un hombre de armas tomar, de decisiones firmes y de carácter, respetado y temido por sus clientes; digno de admirar en el ámbito profesional pero en el ámbito personal... bueno está de más decir que su vida personal era un completo desastre, de eso no había duda y lo comprobó en el instante en que el timbre de su departamento lo saco de sus pensamientos y al abrir la puerta se encontró la sensual figura de Mónic reclinada en la puerta.
— Buenas noches, Carbajal — Miles de pensamientos pasaron por su mente, desde tomarla entre sus brazos y hacerla prisionera se ese departamento hasta un fogoso beso robado de esos labios pintados de rojo seductor — ¿Tienes planes para esta noche?.
— hee — el cerebro de Dominick parecía haberse desconectado durante unos segundos, hasta que carraspeó recuperando la compostura — en lo absoluto. ¿Necesitas algo?.
— De hecho si — respondió con una sonrisa cargada de picardía antes de apartarse de la puerta y dejar