Narrador
—¡Qué alegría, Federick! Finalmente hemos cerrado este trato, ¡Salud! —Helen levantó la copa y brindó con él.
—Sí, la verdad es que estoy deseando regresar a casa con Charlotte. Solo faltan dos meses para el nacimiento de mis hijos, y estoy impaciente por estar allí cuando lleguen mis preciosos gemelos.
Helen bajó la mirada, aunque había comenzado una nueva relación sentimental, aún sentía un vacío en su pecho.
—Me alegra mucho que las cosas entre tú y Charlotte estén mejor, ¡al fin! ¿No? —dijo con un toque de sarcasmo.
—Sí, después de tantos años separados y tantas dificultades, siento que por fin llegó la felicidad. ¿Y tú? ¿Cómo va todo con Dorian?
Helen sonrió ligeramente.
—A la perfección. No te voy a mentir, aprender a amar a alguien es todo un proceso, pero estoy entregada a la relación y él me hace muy feliz. Nos vamos a casar, como viste en la invitación formal. Dorian y yo seremos esposos.
—Me alegra muchísimo, Helen, y lo vamos a celebrar. Pero hoy tengo que irme, m