—¿Ahora ves de lo que hablo sobre la palomita?
—¡Déjame ir, por favor!— suplicó la chica en llanto.—No te hice nada, así que deja de llorar. No vuelvas a venir por aquí o para la próxima no seré bueno contigo. Que te sirva de lección. Ahora lárgate de una puta vez— dejé ir su pelo y ella salió del despacho.¿Cómo te atreves a darme la espalda y dejarme, corderito? Creo que es tiempo de hacer que me respetes, niña insolente.Lisa—Llévame a otra parte. No quiero estar más aquí— le pedí al chófer al subirme al auto.—¿Está todo bien, señora? ¿A dónde quiere que la lleve?—Llévame al trabajo.No voy a pensar más en el asunto, él no pens&o