***NARRA LU FABIANO***
Monterrey, Nuevo León
Las malas noticias siempre viajan a la velocidad del rayo, apenas había salido de la delegación y ya todos estaban diciendo que yo era la culpable, independientemente de que se me considerara una sospechosa, eso no quería decir que era la culpable.
Entramos al salón de clases y con los pocos estudiantes que tuve ese día, me puse a hacer mi trabajo a dar mis clases y después de eso el día se me hizo muy largo y cuando salí de la última hora, no pude más y llamé a Boris, ahora con todo lo que pasó y se andaba diciendo. Me urgía más que nunca, el poder hablar con él.
–Hola profesora Fabiano – Su voz alegre me respondió – No pensé, que su llamada llegara a mí tan pronto.
Este hombre era muy extraño, no podía estar como si nada y muy feliz de la vida, cuando lo habían llamado a rendir declaración, porque lo que soy yo, no lo estoy, a no ser que él no fuera uno de los sospechosos.
–Hola Boris, sucede que tengo tiempo para que nos veamos ahora mis