Estoy corriendo, todo está oscuro y hay espigas de maíz demasiado altas a mi alrededor cubren todo y no me dejan ver en qué dirección voy, miro atrás y veo a Christian correr detrás de mí. Empiezo a correr con más fuerzas, estoy llorando y no entiendo por qué, quiero detenerme, pero tampoco sé cómo. Al girar mi cara veo a un hombre y ya es demasiado tarde para detenerme. Choco contra él. Caigo al piso y las espigas altas de volvieron un pasto corto y fino, era una pradera enorme, cielo azul, me deslumbra la luz, trato de ver y el hombre con quién me golpee es Max, desde el suelo empiezo a arrastrarme hacía atrás para que no me toque, pero tropiezo contra alguien más, Christian. De pronto todo se vuelve más y más claro, la luz no me deja observar nada.
Despierto asustada, sudando, respirando agitadamente y con fuerza. Alguien está revisando mis pupilas con una linterna.
Estoy confundida, tanto el maizal como el pasto parecían demasiado real, de esas veces que si no despiertas asegura