Capítulo 5

Pandora por un motivo que desconocía se quedó quieta, la mirada burlona que conoció por parte de Alessandro no existía en esos momentos. Él la dejó apresada contra la puerta y bajó un poco su rostro para quedar al frente de la mujer, fue en ese momento que pudo ver de más cerca las lesiones que le había provocado tanto en la mejilla como en el labio inferior.

_ Escucha muy bien Pandora, si sales del castillo me es imposible asegurar tu seguridad. Aunque seas una jodida fiera pues tengo que reconocer que me salvaste la vida, por ende me encuentro en deuda contigo y no quiero dejarte ir cuando sé muy bien que afuera te espera un peligro del que no puedes protegerte.

_ ¿Y tú si? Por favor si desde que estuvimos en el aire intentaste que te hiciera una felación y al bajar una bala atravesó mi costado _ ella rió burlonamente _ no te quieras hacer el heroe sin capa conmigo porque te digo que eso no me va a hacer caer rendida a tus pies como una damisela indefensa, desde hace mucho tiempo deje de ser la mujer que espera que su príncipe azul llegué a su rescate y decidí ser yo la única que me salvará de cualquier problema que se me presentara.

_ Muy bien gatita _ él se apartó del rostro de Pandora _ si tanto deseas irte pues hazlo, pero no digas que no te advertí del riesgo que corrías al salir de aquí _ Alessandro comenzó a caminar pero se detuvo _ por cierto, yo no soy un príncipe azul, estoy lejos de serlo. Frente a ti tienes al diablo, el hombre que va a ser capaz de hacer que goces de placer mientras tocas el mismísimo infierno, o aquel que puede hacerte pasar por el eterno tormento.

Pandora miró como el hombre se desnudo delante de ella y se fue a la regadera, cada paso que daba era observado con detenimiento por la fiera que tenía en su habitación; su inconsciente la traicionó en el momento que casi se atraganta con su propia saliva y mordió su labio inferior con completo deseo.

_ ¿Disfrutando la vista, gatita? _ él la miró con una sonrisa de ironía _ vaya, quién diría que tendría semejante efecto en ti cuando lo único que sabes hacer es lanzar las miles de maldiciones hacía mi persona.

_ ¡Vete al diablo grandisímo estúpido!

_ ¿O sea que me vaya donde mi mismo? _ él se puso a reír _ vamos gatita, admite que te gusta lo que ves, no es un pecado observar una obra de arte.

Pandora al verse descubierta no quisó decir nada, simplemente resopló molesta y tomó su maleta. Salió del cuarto mientras daba un portazo tan fuerte que los hombres que estaban relativamente cerca pudieron escucharla.

Todos observaban a la mujer por un detalle que ni ella se había dado cuenta, iba a salir cuando se puso a pensar en lo sucedido. Era cierto que no soportaba al hombre pero no podía negar que en esa propiedad iba a estar segura, suspiró pesadamente y tuvo que tomar su maleta para después darse la vuelta. Mientras caminaba de regreso pudo ver que los hombres que trabajaban para Alessandro la quedaban mirando para después regresar su mirada hacía arriba, fue de esta forma por casi todo el trayecto hasta que se cansó de las miradas indiscretas de la seguridad que estaba en el pasillo.

_ ¡¿Qué demonios miran tanto?! _ ella vociferó _ ¿Acaso nunca han visto a una mujer o qué carajos? Por un demonio, hombres dejarían de ser.

_ Querida gatita, no culpes a los hombres que trabajan para mí de verte de esa forma _ habló Alessandro con su sonrisa cínica _ tú fuiste la que salió solamente en camiseta, ellos no tienen la culpa de que seas una exhibicionista.

Pandora solo en ese momento miró que estaba con un cachetero que levantaba sus nalgas perfectas, respiró profundamente y mantuvo la compostura como si fuera una reina. Sus pasos fueron más rápidos en dirección a Alessandro y pronto se miró corriendo hacía el cuarto.

_ Gatita recuerda que tienes una herida muy seria, no vas a querer que se te suelte un punto nuevamente _ él se burló y ella entró de golpe al cuarto _ pase usted.

Pandora tenía sus mejillas rojas por vergüenza y Alessandro la miró mientras reía burlonamente. El pecho de la mujer bajaba y subía varias veces debido a la carrera que hizo en el trayecto.

_ Calma gatita que es importante respirar, recuerda que sin aire no vivimos _ él sonrió de lado _ sale en la pirámide de Maslow, justo en la misma línea que sale el sexo; algo que al parecer ya olvidaste sin embargo te recuerdo que el oxígeno es más elemental que lo otro.

_ Ojala que tu hombría se encogiera y se volviera inútil _ ella lo maldijo _ soy capaz de pagarle a un chamán para que lo haga.

_ Acabo de cambiar de parecer, creo que el sexo es igual de elemental que el oxígeno. Con una buena revolcada se te iría el mal humor que te cargas, ga-ti-ta.

_ ¡Púdrete grandísimo idiota! Escucha muy bien, si quiero tener sexo prefiero que sea con cualquier hombre menos contigo; jamás voy a formar parte de uno de tus trofeos.

_ Quizás puedas tener sexo con otros pero ninguno te lo va a hacer como yo, gatita _ él guiñó el ojo _ ve e intenta acostarte con quien desees, el castillo es enorme y hay muchos hombres a como puedes ver _ el golpeo su labio con su dedo indice _ claro esta, si es que alguno se atreve a tocarte porque saben muy bien que puse mis ojos en ti desde el momento que te traje a esta habitación.

_ Soy capaz de seducir al que desee y ten por seguro que te lo voy a demostrar, además grandísimo imbécil no soy tu mujer ni tampoco de tu propiedad _ ella lo miró mientras alzaba su mentón _ quiero otra habitación.

Alessandro lejos de enojarse se puso a reír divertido, Pandora al ver esto se sintió más iracunda e intentó acercarse al hombre pero no se confió del todo así que dió unos pasos en retroceso; no sabía de lo que era capaz el gran señor Di Salvo y no se encontraba de humor para comprobarlo debido a la noche tan mala que paso.

_ No hay otra habitación gatita _ él le guiño el ojo _ así que tendrás que compartir la cama conmigo, lo siento.

_ ¡¿Qué has dicho?! _ ella vociferó y en ese momento alguien tocó la puerta _ ¡Escucha muy bien idiota, prefiero dormir en el piso antes que contigo! 

Un hombre entró a la habitación y le dijo algo al oído a Alessandro entonces él se puso muy serio, el tipo una vez que dijo lo que tenía que decir se fue por donde llegó.

_ Lo siento gatita, tendremos que seguir con nuestra conversación en otro momento _ él le guiñó el ojo _ te aconsejo que descanses y que no sea en el piso ya que puedes enfermar entonces me traerías más problemas que los que ya me trajiste, quiero que te portes bien y no hagas tanto desastre ya que aquí hay cosas bastante costosas.

_ ¡Tú bastardo! _ ella lo siguió mientras gritaba _ ¡¿Cómo demonios me dices que no hay otra habitación si estamos en un puto castillo?! ¡Di Salvo te estoy hablando por un demonio!

Alessandro no dijo nada y simplemente se marchó de ahí mientras estaba rodeado de sus hombres de confianza, Pandora al verse sin salida decidió ir a descansar ya que podía sentir cómo su cuerpo estaba a punto de colapsar debido a todo lo que hizo durante la madrugada.

Bajaron unos escalones que condujeron hasta una especie de mazmorra, ahí se encontraba un hombre amarrado y con varias lesiones que eran serias pero no lo suficientes para matarlo o dejarlo inconsciente. Alessandro deslizó una silla y se sentó con las piernas abiertas mientras una sonrisa burlona surgía en sus labios.

_ Así que tu fuiste el que tuvo los huevos para querer matarme, vaya que es de admirar la estupidez que posees _ él se levantó _ no tengo nada que preguntarte, ya sé todo de ti y conozco la porquería para la cual trabajas; jamás tu jefe va a poder llenar los zapatos que yo uso.

Alessandro le dejó ir un puñetazo al hombre después de que se colocara unos guantes blancos, él escupió sangre que pasó cerca de donde se encontraba el jefe de jefes.

_ Eso es porque intentaste matarme _ él se sacudió las manos _ ahora esto es por haber herido a mi gatita.

Varios puñetazos fueron propinados en el cuerpo del hombre que no pudo resistir tanto entonces terminó por quedar inconsciente, en el momento que fueron a revisar su pulso negaron que hubiera alguna señal de vida.

_ Ya saben que hacer, no quiero ni las cenizas de ese bastardo y también quiero que la seguridad se redoble _ él se quitó los guantes _ mientras me encuentre aquí no tienen que preocuparse por mi gatita pero una vez que yo salga es necesario que sean su sombra, si a ella le llega a pasar algo van a rodar cabezas y las primeras van a ser las suyas.

_ ¿Cuánto tiempo se va a quedar aquí, señor Di Salvo? _ preguntó un hombre de su confianza _ para de esa forma organizar todo lo necesario.

_ Va a ser por tiempo indefinido Salvatore, mi gatita aún no se encuentra en estado para volar así que necesita descansar en tierra y también necesito ver algunos negocios que me surgieron de repente gracias a ese imbécil de Marck.

_ Muy bien señor, quería preguntarle al respecto de la señorita Pandora _ él lo miró de reojo _ ¿Puede salir o la mantenemos retenida?

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