Capítulo 5

7:00 A.M 

Love había dormido como una bebé, después de mucho tiempo, por fin durmió bastante bien. No más pesadillas de aquella noche, no más sombras en la oscuridad, durmió como sus bebés. Hasta que alguien comenzó a tocar su puerta, abrió los ojos y miró la hora. 

— ¿Quién putas toca a esta hora? – susurró. Se levantó de la cama, caminó descalza y fue a la habitación de sus bebés, se aseguro de que siguieran dormidos y fue a la puerta. Al abrirla se sorprendió demasiado al ver quien estaba ahí, – ¡Korey! – grito.

— ¡Hermanita! – gritó el hombre y los dos se dieron un caluroso y fuerte abrazo. 

Korey Salvatore, una hombre de cabello negro, ojos verdes, piel palida, muy fornido, con algunos tatuajes, el hermano menor de Love, el Capítan de una escolta del ejercito nacional. El orgullo total de su hermana. 

Pasaron un buen rato abrazados, hasta que entraron al departamento. 

— Me fascina tenerte aquí Korey – sonrió Love, mientras servía café en una taza.

— Igual a mí – sonrió el moreno que estaba con el uniforme de la milicia aún – En cuanto baje del avión, un auto de la CIA ya me esperaba y me trajo aquí. 

— Eso explica porque sigues con el uniforme – le sonrió – Aunque te ves sexy hermanito.

— Eso no lo niego – le sonrió - ¿Dónde están los pequeños? – preguntó tras darle un sorbo a su café. 

— Dormidos, aún es temprano – suspiró – Oh Dios Korey, me alegro de verte en verdad – lo volvió a abrazar.

Korey dejó la milicia por casi un año, para cuidar a sus sobrinos, Love estaba tan cegada por la venganza que no le hizo caso ni a su hermano. Al final, él mismo tuvo que darle una intervención amenazandola con que se llevaría a sus hijos si no se comportaba como una mujer madura. Love aceptó su realidad, tome terapia y volvió con sus hijos, desde entonces no se habían visto y no porque no quisieran, Korey tuvo muchas misiones que reducían su tiempo y hasta ahora pude verla de nuevo.

— Te veo demasiado feliz Love – acaricio su mejilla – ¿Cómo estás? 

Korey sabía cómo estuvo su hermana tras la pérdida de su familia, verla de nuevo con una radiante sonrisa, ese brillo en sus ojos, le hacía muy feliz, siempre temía que si volvía al ejército ella se volviera un zombie sin vida y abandonara a sus gemelos. Pero no lo hizo, se convirtió en una buena madre. 

— La terapia ayuda. Dante es bueno en su trabajo y me ha ayudado a salir de ese vacío oscuro– se sentó a su lado – Pero relacionarme con personas cura la herida – lo miró – Me hice amiga de alguien del taller de padres.

Recordar el besó le provoca mariposas en el estómago y aparta la mirada cuando siente sus mejillas calientes.

— ¿De verdad? ¿Y cómo te va?

— Descubrí que era mi jefe – hizo un puchero.

— ¿Jefe de que? – frunció el ceño. 

— Es el Director de la CIA  – levantó una ceja – El codiciado que jamás se podía ver, lo conocí por fin y lo supe después de volverme muy amiga de él. Sus hijos son grandiosos, pasan mucho tiempo aquí conmigo y se llevan muy bien con los gemelos, ellos se ven más animados y felices – suspiró pasando una mano por su cabello. – Me agradan.

— Siempre te han agradado los niños, me consta que por si hubiera sido por ti, hubieras tenido más hijos después de Natasha – sonrió tiernamente – Pero veo que te agrada mas tu jefe.

— ¿Qué? Claro que no.

— Vamos, no está mal sentir amor por alguien más, él no se enfadaría – se levantó y fue por pan tostado – Te agrada admitelo. 

Era cierto, Natanael no estaría enojado por querer seguir su vida, más de una vez se lo dijo si algo le pasaba ella debía continuar con su vida normal. Y lo admite, su jefe le gusta y le agrada estar con él y sus hijos. 

— Está bien lo admito – sonrió mirando su taza de café – Su esposa murió de cáncer hace poco tiempo, tiene tres hijos maravillosos y de verdad que admiro a ese hombre, porque es Director de la CIA, supervisa la comisaría de Central Park, va a un taller absurdo de padres donde solo estamos apostando por quien tiene el pañal más pesado, cría a tres hijos de distintas edades – suspiro – Yo la verdad es que no sé cómo sobrellevar algo así, la muerte de ellos me devastó – recargo su rostro sobre una mano – Deje de ser agente de la CIA para convertirme en sicaria lo cual me ayudó mucho a sacar esa frustración que tenía dentro, pero en cuanto esos niños llegaron a mi vida, en cuanto ese hombre llego a mi vida, mi corazón dejó de estar roto. 

— Love – su hermano tomó su mano para atraer su atención – Sé por lo que pasaste, estuve contigo todo ese tiempo, tu corazón se rompió, pero esos niños te sanaron. Porque de no ser así, tú estarías hundida en la miseria y ellos ni siquiera estarían aquí – le sonrió – Tu corazón no estaba roto, tenía una brecha que ardía que él curó – lo miró – Love, estás enamorada. 

Love sonrió de lado, bajando la mirada. ¿Enamorada? Lo duda, no ha amado a nadie que no haya sido su esposo, no cree amar a nadie más que no sea su esposo. Pero puede hacer el intento, no pierde nada con intentar ser feliz después de todo lo que pasó. 

Es hora de seguir adelante. 

Los pasitos de los gemelos lo sacaron de su cabeza. Siempre queriendo bajar las escaleras corriendo cuando aún no pueden correr. 

— ¡Niños se van a caer! – grito Love y en efecto en los últimos escalones se cayeron, por suerte Love siempre tenía unas colchoneta en el piso. 

— Oh mis bebés – dijo Korey y se acercó para verlos. 

— ¡Kory! – gritaron los pequeños y se abalanzaron sobre ella.

— Estos son mis soldados – sonrió Korey dándoles besos y abrazos.

Love los miró tiernamente, sus hijos tenían meses de no ver a su único tío y ella también lo había extrañado. Le gustaría que siempre estuviera así, sin problemas, solo paz. 

— Korey – dijo Love – Tengo trabajo que hacer hoy – lo miró - No quiero abusar de tu presencia, pero ya llegaste, ¿Te quedas con ellos? 

— Claro que sí, no tienes que preguntar – la miró – Prefiero cuidarlos yo a ese sexy niñero tuyo.

— Si – sonrió Love, mordiéndose los labios. 

— Eres un puerca.

— Pero siempre tengo buena vista – le guiño – Pues hagamos el desayuno. 

— Me iré a cambiar – suspiro – Ahora los veo nenes. 

— Tu habitación está lista – dijo cuando Korey subía las escaleras con su maleta. 

Love cargó a Jensen en brazos y tomó a Nat de la mano para llevarlos a la sala a ver caricaturas. Se fue a preparar el desayuno cuando su teléfono sonó, lo tomó y vio que era un mensaje de Ragnar, le había mandado una foto de Dani escogiendo su corbata para el día “Alguien ha decidido que ponerme hoy de traje… Cuidate hoy con la mafia, si dudas de que algo está mal no dudes en llamar. Cuidare tu espalda.”

Soltó el teléfono con una gran sonrisa y continuó haciendo el desayuno. No puede estar enamorada, o ¿sí? No lo sabe, hace mucho que no se sentía de esa forma. Cuando se enamoró de su esposo, era una chica estúpida, fue su primer y su único amor. Tenía en claro que pasaría el resto de su vida a su lado. Pero ahora… todo es raro para ella. 

Su hermano llegó una hora después, con ropa informal y más a su estilo. Su cabello negro estaba brillando y su sonrisa iluminaba su vida. Él estuvo el día fatídico cuando su familia murió. Ha sido su luz toda la vida. 

— Vaya porte de mafioso que me llevas eh – sonrió su hermano al verla llegar al balcón.

Love ya tenía todo su outfit de Aradia, la sicaria criminal que todos quieren entre sus filas. 

— Lo sé cariño – sonrió divertida y lo vio con Nat en sus brazos – Espero no tardar mucho. 

— Si necesitas un franco como respaldo llamame – la miró – No hagas nada estupido. 

— No lo haré – le sonrío – Cuidalos. 

— Son mi vida – le dio un beso en la mejilla – Te veo en la cena. 

Love les dio un beso a sus hijos, antes de irse sacó las placas de la militarizada que tenía guardadas y se las puso. Eran su protección siempre. Salió de casa y fue a la dirección que minutos antes Scott le había mandado. Al llegar, se arregló la camisa y bajó del auto. 

— Buenas – dijo Scott con su respectivo traje de la mafia. 

— Que tal – dijo Love sin quitarse los lentes oscuros.

— El tema es – comenzó a decir – Tenemos un objetivo que queremos que elimines, yo estaré contigo para ver que todo esté bien. 

La prueba de saber que tan bueno es, lo típico, estaba lista para todas sus pruebas e incluso estaba lista para recibir otra paliza de bienvenida. 

— Perfecto – asintió con la cabeza – Pues andando. 

[…]

Ragnar había tenido que ir a la escuela de su hija por un llamado de atención, no sabía que podía ser, su hija se portaba bien. Al verla sentada fuera de la dirección se acercó a ella. 

— ¿Qué pasó amor? – pregunto al verla. – ¿Qué te hicieron? 

— Puto anormal de m****a eso es.

— Lenguaje Nell – la miró - ¿Qué ocurrió?

— El maestro dice que no soy capaz de llevar la tutela de un equipo deportivo, quiere poner a un niño para eso, porque según él un equipo de puras niñas sería una catástrofe y una deshonra para la escuela.

— Que hijo de puta – susurró - ¿El director está ahí?

— No, él no está, por eso lo hizo, sabía que no había mujer que me apoyara.

— Tranquila amor, estoy de tu lado siempre – le dio un beso en la cabeza – Ahora les pateare el culo.

 Cuando entró en dirección vio a un maestro y otro tipo que no sabía quién era. 

— Agradecemos su presencia señor Karlsen. 

— Si ¿Qué pasa? – dijo mirándolos. 

— Supongo que sabe que su hija formó un equipo deportivo – comenzó a decir el maestro.

— Si, lo sé y estoy orgulloso de ella ¿ahora que? 

— Lamentamos decirle que ella no podrá seguir en el equipo ya que sus actitudes presentan que es una mala influencia en el equipo, no es capaz de liderar un equipo.

Típico machista que no cree que las mujeres puedan liderar nada. Curioso porque trabaja con mujeres, él mejor que nadie sabe de lo que las mujeres son capaces y sin duda sabe que su hija, con el gran apellido Karlsen, podrá hacer trizas a cualquiera que se le acerque. 

— Comprendo – asintió con la cabeza - ¿Y el problema es?

— Su hija quedará fuera de la liga de la escuela y como reemplazo suyo vamos a poner a un niño que lidere el equipo de las niñas, será lo mejor. 

— Me parece bien.

— ¿De verdad? – dijeron los dos sorprendidos. 

— Claro que sí – sonrió de lado – Me agrada la idea. 

Ragnar ya tenía algo en mente y solo esperaba el momento indicado. Habían humillado a la niña de sus ojos y no se quedaría de brazos cruzados. 

— Pues perfecto, nos gusta que nos apoye en esto señor Karlsen, es más hágale ver a su hija que con esa actitud jamás llegará a nada en el mundo. ¿Qué es eso de una mujer liderando algo? Ellas deben estar en la cocina o con los niños, no haciendo esto – esta vez hablo el otro hombre que no sabía quién era. 

Está controlando las ganas de sacar su arma y llenarles el pecho de balas, pero no puede perder el control, menos con su hija presente. 

— Si verdad – sonrió Ragnar y se levanto, saco su taser y les disparó justo en las bolas – Miren hijos de puta, una mujer es capaz de hacer lo que ella se proponga y machistas como ustedes no dejaran que lo hagan. Mi hija no se irá de ningún lado, mi hija va a liderar ese equipo y que a ella le cueste liderarlo como una buena niña – suspiro – Sus pensamientos son una puta m****a, las mujeres son mejores liderando todo esto y ustedes lo ven, porque tienen a una mujer que les patea el culo diariamente – trago saliva – Y prepárense, profesor porque el equipo de mi hija les va a patear el culo frente a todo el mundo y los hará ver como una bola de anormales capullos.

Justo en ese momento entró el director y miró todo lo sucedido, estaba acompañado de su hija quien le había contado todo. 

— Señor Karlsen – sonrió el hombre de traje – Agradezco que haya venido – miró las cámaras – Estoy seguro de que lo que encuentre en mis cámaras explicará todo esto.

— Estoy de acuerdo, director. 

— Puede llevarse a su hija, ha sido un largo dia – suspiro.

— Gracias – tomó la mano de su hija. 

— Oh y Nell – dijo el director antes de irse – Saludame a Love, dile que la espero con ansias aquí.

— Sí claro – sonrió Dani.

Ragnar frunció el ceño ¿Por qué el director era muy amable con Love? ¿Qué no está casado? 

— ¿Estás bien nena? – preguntó mientras la cargaba en sus hombros. 

— Si papu. 

— ¿Quieres ir a casa o estás conmigo en la central? – pregunto antes de bajarla de sus hombros. 

— Me quedo contigo papu – le sonrió.

— Pues vamos a la central – subieron a la patrulla – Oye ¿Por qué tu directora es muy amable con Love? 

— No lo sé, creo que se conocen, ayer estuvieron hablando los dos un rato – se encogió de hombros – Quién sabe. 

— Bueno – suspiro – Vámonos. 

Ragnar estaba con la duda de si tuvo que ver algo con el director de la escuela de su hija…

[…]

— Tengo al objetivo en la mira – susurro Love – Solo da la orden. 

— Espera un momento – susurro Scott. 

Habían llegado al edificio más alto, estaban mirando a una calle de distancia un restaurante donde estaba el objetivo. El resto de la mafia estaba a sus alrededores, esperando el momento indicado. 

— Scott ¿puedes silenciar tu reloj? Solo será para el disparo.

— Está bien – dijo y escuchó por el pinganillo que estaba listo – Ahora. 

Love inhalo profundo, la imagen de sus hijos estaba en su mente, exhalo y disparó el franco. Un tiro perfecto, justo en la cabeza. Cuando Scott escuchó que el tiro fue perfecto, miró a Love bastante sorprendido.

— Bien hecho – dijo.

— Muchas gracias – le sonrió y comenzó a guardar el franco – Pero será mejor irnos de aquí.

— El helicóptero está arriba, vamos – comenzaron a subir las escaleras – Recibirás pronto una llamada Aradia – la miró – Pero lo hiciste bien.

Love sonrió internamente, sabía que estaba dentro y eso ayudaría a la CIA. 

— ¿Qué sabes de Roman Smirnov?

Lo conoce, el Rey de la mafia rusa. Sabe que tiene demandas de captura por parte de la CIA, el FBI, la INTERPOL e incluso el ejército en el que está su hermano. Es un hombre peligroso y sanguinario. Meterse con él es una puerta directa a la muerte, nadie se le ha acercado y quienes lo hacen días despues encuentran su cuerpo con señales de tortura extrema. Ni la misma CIA se ha atrevido a tocar a Roman Smirnov. 

Pero así como es letal, sanguinario y peligroso, es jodidamente sexy. Con 52 años el tipo se ha puesto tan bueno como un vino que incluso ha sido puesto en la lista de los hombres más sexys del mundo.

— Solo sé que es letal – lo miró. – ¿Por qué? ¿Hay algo con él?

— Nada, por el momento. Ya hablaremos de eso en su momento. 

Love se tensó por un segundo, está sospechando que la quieren lanzar a Roman. Si eso ocurre, no saldrá viva de ahí, nadie ha tenido la suerte de salir con vida.

Después de dejarla en el mismo lugar y despedirse de todos, subió a su auto y condujo a la Central. Subió hasta llegar a la oficina de Sanem quien la recibió con gusto. 

— Me lanzaran a la boca de lobos feroces y hambrientos – dijo mirándola, después de relatar lo que pasó.

— DUMA nunca ha tenido algún acercamiento a Smirnov, ¿por qué quisiera acercarse a ella? No veo ni siquiera la conexión. 

— Pues tal vez tú no la veas, pero ellos sí – pasó una mano por su cara. – No me echaré para atrás Sanem, si eso ocurre, rogaré a Dios por salir con vida de las manos de Roman.

— ¿Quieres que lo investigue? 

— No, déjame esto a mí – la miró. – Mantén esto entre nosotros, Ragnar no debe saber nada por el momento, quiero enfrentarme a lo que pasara ¿bien?

— Está bien, pero si necesitas ayuda, te otorgare ayuda ¿sí? 

— Tal vez te pida algo – suspiró mirándola. – Un anillo de seguridad para mí, los gemelos y mi hermano. Solo por protección, DUMA me estuvo vigilando y yo ni siquiera lo sabía, no quiero cabos sueltos ¿si?

— Llamaré a los mejores.

Love se despidió de Sanem y se fue a casa. Pasó a comprar algunas cosas para cocinar, porque sabe que su hermano es más de ordenar comida rápida, pero ella no, algo bueno que le dejó su marido. 

Al llegar se sorprendió de ver a Ragnar y su hermano riendo en la sala mientras le daban de cenar a los gemelos, frunció el ceño al verlos. ¿Qué clase de complot era ese? 

— Am ¿hola?

— Hola Love – sonrió Korey – No me habías dicho que Raganr vendría hoy.

Y entonces recordó porque iría a su casa esa tarde… 

— Diablos lo olvidé – susurro.

— No te preocupes – le guiño un ojo y se acercó a darle un beso en la mejilla – Está buenísimo m*****a sea – le susurro al oído provocándole una sonrisa a Love – Iré a ver a los niños – dijo cargando a Natanael.

— Hola – sonrió Love acercándose a Ragnar – Espero que mi hermano no te haya atormentado tanto.

— Es un buen hombre tu hermano, no sabia que tenias una hermano.

— Todo eso te lo diría en nuestra cena – suspiro – Pero llegó antes – miró a su hijo y le dio un beso en la cabeza – Hola amor. 

— ¿No hay beso para mí? – dijo Ragnar al ver que Love se alejó de ellos. 

Love se sonrojo y apretó los labios. 

— Ammm…

Ragnar tomó su mano y la atrajo a él. 

— Ansío porque me cuentes lo que pasó – dijo acariciando su mejilla con su mano libre ya que con la otra tenía a uno de los gemelos – Pero agradezco que estés con vida – le sonrió. 

Su mente regresó a Roman Smirnov, tragó saliva antes de volver a mirar a Ragnar a los ojos, no podía mentirle, pero tampoco le dirá lo que en verdad pasó. 

— No podía dejarte solo – le sonrió. 

Acortaron la distancia y se besaron tiernamente, los dos sonrieron durante el beso, sentían una gran calma cuando sus labios se juntaban.  Esa era la calma y la paz que necesitaba. 

— ¿Quieres que te ayude a hacer la cena? – sonrió Ragnar.

— Claro – dijo Love relamiendo sus labios. 

Korey estaba escondida tras uno de los pilares, aguantando su grito de emoción, cuando escuchó sobre la cena llegó como si no supiera nada, solo le lanzó una mirada que su hermana entendió muy bien…

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