13. embarazo de alto riesgo
Mila:
Aterrizamos hace tres horas, el viaje fue largo y cansado, aunque divertido a su vez ya que debía practicar un discurso para las personas que esperaban mi llegada, o en verdad, la llegada del bebé que esperaba.
—¿Si te lo aprendiste?
—¡Claro! No soy tonta Harry, por Dios.
—No lo decía por eso, es porque no estas acostumbrada a estas cosas.
—Soy abogada, ¿lo recuerdas?
—Eras, mi amor, ahora te dedicarás a las obras sociales en el reino, el palacio necesita que mantengas las buenas costumbres y enseñanzas en la nación.
—¿Es en serio? Eso no está en el contra… —Beso mis labios con rapidez, y mordió un poco el de abajo.
—¡Oye! Contrólate amigo, estamos solos, no es necesario que me beses y menos así.
—Nadie sabe lo de ese documento Mila, así que más cuidado con ese tema.
—Ah, es eso… ok, ok, perdón, su “majestad”.
Él rodó los ojos y empezó a preparar algunos documentos que debía enviar de nuevo a Washington, ya que la cita con el presidente no se realizó.
—¿Necesitas ayud