Laia
La ida a una piscina había sido muy divertida, hacía mucho tiempo no hacía estos planes y estuve demasiado en el agua, más de lo que debería decir, simplemente jugando y hablé con gente desconocida, una señora mayor que sí se atrevió a preguntar si estaba embarazada.
—Sí, aunque tengo pocos meses.
—Entonces debe venir muy grande o varios —Asiento.
—Es gemelar —La señora abre la boca sorprendida.
—Yo tengo dos, pero no como tú, el mayor —Señala a uno de los chicos que estuvo jodiendo hace un rato al muchacho sonrojado —Tiene 18 años recién cumplidos, por eso sigue saliendo con nosotros, aunque esta vez invitó a sus amigos para pasarla con nosotros también —Asiento, escuchando la vida de la señora —El menor tiene 8 años.
—¿no es mucho tiempo de diferencia?
—Claro, fue comenzar de uno, sumado que el mayor entraba en la adolescencia, y el otro pequeño también necesitaba mi atención de una forma diferente —Asiento escuchando atentamente lo que dice la señora, cuando me giro a busc